Nota de la redacción: Esta publicación es una continuación de un artículo que escribió Marta Castillo en febrero. Para leer la primera parte, haga clic aquí. Traducción al español por Andres Castillo.
Zaqueo era un hombrecito
Hombrecito era de verdad.
Subió a un sicomoro
Para poder mirar a Jehová.Cuando Cristo pasaba por allí,
Se fijó en el árbol y dijo,
¡Zaqueo, bájate de ahí!
¡Vamos para tu casa!’
En inglés, esta es una canción que se enseña a los niños. Divertido, ¿no? Sin embargo, para contar la historia completa, hay que agregar una estrofa más.
Cuando Jesucristo fue a la casa de Zaqueo, el hombrecito fue transformado.
Dijo, ‘Daré la mitad de mis bienes a los pobres,
y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.’
And Jesús dijo, ‘a esta casa ha llegado la salvación’.
Desafortunadamente, no se puede cantar esta estrofa. Un cantautor o una cantautora podría ayudarnos aquí.
La llamada a la salvación y transformación en la historia de Zaqueo es una llamada a practicar el jubileo con nuestro dinero. En su encuentro con Jesús, Zaqueo se da cuenta de que tiene una responsabilidad con los pobres. También se da cuenta de que tiene la responsabilidad de devolver a los que ha explotado a través de interacciones personales y del sistema en que trabajaba.
En nuestro lenguaje de hoy, Zaqueo dio la mitad de su dinero a personas que eran pobres y organizaciones que les servirían. También pagó reparaciones a quienes había engañado o aprovechado a través de transacciones personales o a través del injusto sistema de su tiempo.
Hoy, en los Estados Unidos, esta palabra, “reparaciones”, desencadena todo tipo de pensamiento y sentimiento. En un grupo de estudio pastoral del libro de Drew Hart, Quién será testigo, tuvimos una excelente pero difícil conversación en torno a la justicia económica – nuestra historia, el dar en las iglesias, la riqueza generacional en iglesias blancas, grandes fondos de dotación y cuentas de inversión.
Hart escribe en su libro, “Zaqueo parece proporcionar un punto de partida muy poderoso para una teología de las reparaciones en la iglesia… Reparar y arreglar las cosas en las relaciones rotas está en el corazón de una teología cristiana de reparaciones.”
Invito a considerar cómo podemos ser creativa y fielmente transformados espiritual y económicamente leyendo la historia completa de Zaqueo:
- ¿Podemos comprometernos a dar la mitad de nuestro dinero y ofrendas a los pobres?
- ¿Podemos a propósito, individualmente o como iglesias, dar y compartir con las organizaciones que son propiedad de, dirigidas por, y sirven a las comunidades de personas de la mayoría global (también conocida como personas de color)?
- ¿Podemos proporcionar becas a estudiantes de color en nuestras comunidades, a través de organizaciones locales u otras congregaciones en la conferencia?
- ¿Podemos dar al fondo Mennonite Church USA Justice Fund para proveer una forma de que individuos y congregaciones apoyen a las iglesias MC USA que participan activamente en desmantelar el racismo, abordar la brutalidad policial, reimaginar la policía en nuestra sociedad o combatir la pobreza?
No tenía sentido financiero para Zaqueo dar la mitad de su dinero a los pobres y devolver cuatro veces más a los que había defraudado. No sabemos qué le pasó a Zaqueo después de esta historia. Sólo sabemos que se convirtió en seguidor de Jesús, y no se despidió triste, aferrándose a su riqueza como el joven rico.
¿Podemos aceptar la invitación de Jesús a venir a cenar en nuestras casas, a arrepentirnos, y permitir que el jubileo de Dios transforme nuestras vidas?