Traducción al español por Andres Castillo
Mi familia me enseñó a ser generoso con lo que tenía y a compartir. La Iglesia me enseñó a dar un diezmo a Dios. Cuando yo era más joven, recuerdo haber leído el consejo de que a medida que tus ingresos aumentan, debes tratar de aumentar el porcentaje que das.
Cuando leo de la conversación de Jesús con el joven rico (Lucas 18:18-29) y las descripciones de la economía de la iglesia temprana en Hechos 4:32-35, estoy convencida de que estoy equivocada sobre el dinero y la riqueza.

En su libro, ¿Quién será testigo? Encendiendo el activismo por la justicia, el amor y la liberación de Dios, expresa el Dr. Drew Hart la necesidad de que la iglesia cambie “una perspectiva hiper
individualista de la riqueza como una cuestión de derechos y propiedad privada, por un punto de vista de los primeros líderes cristianos de que nada es sólo tuyo para hacer con lo que desees. Todo era de Dios y debía ser compartido. Las personas que acumulan riquezas y luego dan a los pobres no se dedican realmente a la caridad.” (p. 250, énfasis mío)
Esa es la línea que se me quedó. La mayoría de las veces, doy de mis bienes extras. Guardo lo que necesito o lo que voy a necesitar en el futuro. Doy de lo que creo que puedo prescindir.
Hart continúa:
Debemos participar en lo nuevo que Dios está haciendo, y no se va a poder excluir nuestro discipulado económico y nuestra relación con la riqueza y la pobreza. Hay una disonancia significativa entre la iglesia estadounidense y el énfasis de la enseñanza bíblica sobre la riqueza y la pobreza, especialmente cuando vemos que la sabiduría bíblica culmina en la vida y las enseñanzas de Jesús. No encontraremos una manera fiel de participar en la economía de Dios hasta que nos convirtamos en nuestro pensamiento interiorizado, que es apático a la pobreza y desencadenado por cualquier forma de redistribución de recursos.” (p.250)
¿Cómo avanzo (y cómo avanzamos) hacia dar “ojos hacia la redistribución y no simplemente la caridad cómoda”
La injusticia siempre ha permitido una distribución desigual del dinero y la riqueza. La injusticia y el racismo en los Estados Unidos han beneficiado económicamente a los blancos. Este video de Phillip Roger Vischer (co-creador de Veggie Tales y What’s in the Bible, fundador de Big Idea Productions y Jellyfish Labs) da una excelente explicación de las formas en que la riqueza ha sido distribuida desigualmente a lo largo de los años.
Cuando el joven rico escuchó la palabra de Jesús, se apartó de Jesús (Lucas 18:23). Pero Zaqueo no lo hizo. En cambio, Zaqueo se levantó y dijo: “¡Mira, Señor! Aquí y ahora doy la mitad de mis posesiones a los pobres, y si he engañado a alguien de algo, le devolveré cuatro veces la cantidad” (Lucas 19:8, NVI) Zaqueo dio dinero a los pobres, pero también dio reparaciones y compensaciones por el mal que había hecho, devolviendo dinero a aquellos que habían sido agraviados.
Durante nuestro reciente webinar de Zoom con el Dr. Hart, pregunté, “¿Qué pasos podemos tomar para responder al llamado de Jesús a ser radicalmente fieles con nuestra riqueza?”
Hart respondió, “Si te importa algo, encontrarás maneras de responder.”
Señor Jesús, me preocupo por tu llamado a la justicia económica y al discipulado. ¡Ayúdame a encontrar maneras significativas de responder y ser fiel!
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