por Javier Márquez
La Semana Santa es, más allá de una tradición religiosa, un espacio sagrado para la introspección y la renovación espiritual. Es un tiempo en el que se invita a detener el ritmo acelerado de la vida cotidiana para mirar hacia dentro y reconectarse con lo esencial. La conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo nos recuerda la profundidad del amor, el sacrificio y la esperanza, valores universales que resuenan incluso más allá del ámbito religioso.
El apóstol Juan nos recuerda: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Este acto supremo de entrega nos invita a reflexionar sobre el amor desinteresado, el perdón y la entrega por los demás. Durante estos días, muchas personas encuentran la oportunidad de cuestionarse sobre el sentido de sus acciones, sus relaciones y el rumbo que están tomando sus vidas. Es un momento para reconciliarse, perdonar y renovar compromisos personales, familiares y espirituales.
También es un tiempo de intimidad: un llamado al silencio interior, a la oración o a la meditación, a reencontrarse con uno mismo y con lo divino, desde la sinceridad del corazón. Como dice el salmista: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10). En un mundo cada vez más ruidoso y distraído, estos días representan una pausa necesaria, una oportunidad para aligerar el alma y caminar hacia la esperanza.
Además, la Semana Santa nos impulsa a cultivar una fe más profunda, no solo desde lo externo o litúrgico, sino desde la experiencia íntima de Dios en nuestras vidas. Es un tiempo propicio para fortalecer la confianza en su plan, incluso cuando atravesamos momentos de dolor, prueba o incertidumbre. La cruz, símbolo de sufrimiento, se transforma también en signo de victoria, recordándonos que la vida triunfa sobre la muerte, y que la luz siempre resurge después de la oscuridad.
La Semana Santa no es solo un recuerdo de un hecho histórico, sino una invitación viva y constante a vivir con mayor conciencia, compasión y paz interior.

Javier Márquez
Javier Márquez es Asociado de Comunicaciones y Participación Comunitaria para Colombia. Es un pacifista y poeta colombiano anabautista. Reside en Bogotá, Colombia.
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