por Javier Márquez
Nota del editor: Este es el segundo de una serie de cuatro artículos sobre HNH. Lea el primero artículo aquí y el tercero aquí. Todas las fotos de Javier Márquez.
Las brigadas
Cada mañana, luego de desayunar, desde las instalaciones principales del ministerio relacionado con la Conferencia Healthy Niños Honduras (HNH) cuatro carros en dirección de la comunidad que previamente ha sido escogida y preparada por Gerson y Félix.Dentro de estos carros van el equipo de voluntarios y el personal profesional, y en el número cuatro, que es un camión, va alojada toda la indumentaria de las brigadas. En total son nueve estaciones las que van organizadas, como una maleta de viaje, en el vagón de este camión: registro, signos vitales y vitaminas, desparasitación, talla y peso, donaciones, consulta médica, farmacia, odontología y construcción.
Para llegar a las comunidades hay que conducir un camino por donde se van recogiendo a los y las doctoras que trabajan con HNH, después hay que atravesar un camino rodeado de maíz; cruzar ríos y subir montañas. Cuando la brigada ha llegado, siempre la comunidad se encuentra organizada en la escuela o en la iglesia del pueblo, algunas veces han preparado carteles donde escriben “BIENVENIDOS”, y siempre los líderes de la comunidad están listos, –algunos con lista en mano y un equipo ya organizado– para ayudar a bajar lo que hay dentro del camión e instalar cada una de las estaciones.
En cada brigada se atienden un promedio de 120 personas por comunidad donde la gran mayoría son niños y niñas. Los propósitos son varios: dotar a las familias con donaciones como ropa y juguetes, así como atender medicamente a toda la comunidad, construir pisos en las casas más pobres, donar filtros para agua, pero, sin duda, lo más importante es identificar los y las niñas que se encuentran en estado de desnutrición a partir de un balance de talla y peso, que arroja resultados fidedignos e incuestionables. Cuando se han identificado los casos, los cuales tristemente superan el 60%, se invita a la mamá a llevar a sus niños al Centro de Nutrición, que es el lugar diseñado para que los niños se recuperen.
Los voluntarios
Los equipos de voluntarios son uno de los factores clave de este ministerio. En cada visita llegan, junto al equipo médico, un grupo de personas que se han alistado voluntariamente a servir durante una semana en el proyecto y quienes vienen desde iglesias menonitas en los Estados Unidos. Muchas de estas iglesias son parte de la Conferencia Mosaico. Solo el año pasado se enviaron 56 grupos provenientes de iglesias, que han adoptado como uno de sus ministerios de servicio y motivos de oración a los niños de Honduras.
Los equipos suelen ser diversos y de contraste uno tras otro. Por lo menos dos veces al mes llegan personas de todas las edades, géneros y profesiones; algunos de ellos son estudiantes, pastores, otros empleados o empresarios y hasta retirados. Son grupos que vienen por vez primera o que ya tienen años sirviendo en HNH. Muchos de ellos incluso han desarrollado amistades con personas del proyecto o de la comunidad.
Siempre llegan animados, listos para dar una mano en alguna de las nueve estaciones, preparados para aprender y para hacer preguntas, para orar cada mañana antes de salir a las brigadas y para orar y reflexionar con la biblia cada noche cuando han regresado. Son un grupo de hermanos y hermanas de la iglesia en medio de comunidades que, aunque saben que son cristianos, saben que sobre todo han venido a sus comunidades a ayudar.
Las comunidades y el equipo médico
Uno se sorprende día a día de cómo vienen tantas personas a la escuela o a la iglesia en zonas donde no se ven muchas casas, pero así son los pueblos y las montañas de prácticamente toda América Latina. Comunidades campesinas que, a pesar de tener algunos cultivos, su nivel de desnutrición y pobreza generalizada es alta. Siempre aseadas y sonrientes llegan las familias que han esperado la brigada por meses. La brigada también ha sido un motivo para fortalecer los liderazgos comunitarios y se ha convertido en un momento de encuentro entre los paisanos.
Como mencioné anteriormente, los voluntarios no vienen solos, todo lo contrario, llegan con el equipo más preparado y profesional que hay en el Departamento: médicos, enfermeras, intérpretes, ingenieros, líderes comunitarios; un personal cinco estrellas, quienes lideran y guían el desarrollo de toda la brigada, ya sea haciendo registro médico, leyendo el historial médico de los pacientes, atendiendo a las familias, limpiando o sacando muelas, construyendo pisos o hablando con las familias para que vayan al Centro Nutricional.