“Cuando me ofrecieron la oportunidad les dije que sí, porque mi intención es trabajar en el ministerio”. Comenta Josué González
Hermanos y hermanas, aviso importante: ¡Llega en este mes un recorrido de charlas que el Comité Intercultural estará desarrollando! La información por esta misma publicación, en próximas fechas.
Este Comité, el Intercultural, es sin dudas el que más trato de seguir para conocer sus actividades y toda su programación. El motivo es simple: Soy curioso por ver cómo la iglesia va descifrando todas las tramas que tiene una comunidad diversa mientras aprende a escuchar la voz de Dios en cada uno de sus tonos. Pero creo que se necesita tener estómago para adentrarse en esto, porque en ocasiones puede provocar vértigo y requiere de muchos tés de hierbas con humildad.
Vital entender la diferencia entre “Así son ellos, así lo hacen ellos, así lo entienden ellos” y “Ese es otro rostro de Dios, así también Dios se mueve, así también Dios habla”. Y es justo en esta otra fuente donde, en lo personal, considero que el Comité busca beber y por eso resulta de mucho crecimiento para la iglesia.
Tomemos de ejemplo a nuestro hermano Josué Gonzáles, una de las más nuevas caras del Comité Intercultural. Venezolano, esposo de una mujer argentina. Al sentarse en el Comité, no solo ha compartido y aprendido de hermanos y hermanas de distintas nacionalidades, sino que también ha podido comprender que el trabajo intercultural no va únicamente en dirección IGLESIA HISPANA / OTRAS IGLESIAS, sino además y quizá con más importancia: IGLESIA HISPANA / IGLESIA HISPANA.
La Iglesia Hispana Representa más de Medio Continente
Porque, como él mismo me lo ha dicho, la iglesia hispana es tan diversa como más de medio continente que representa; y resulta importante entender esto, que somos de diferentes nacionalidades y culturas, y por tanto, la labor de amor al prójimo implica reconocerse en su amplitud y diversidad, así como celebrar las identidades.
Josué Gonzáles recalca con ímpetu lo que la iglesia debe aprender “Nuestro ejemplo es Jesús, y con Jesús aprendemos que no hay excepción de personas. Miremos el caso de la Mujer Samaritana, Jesús no pregunta si era Samaritana y tampoco le importa su género, simplemente aplica que para él no hay excepción de personas.”