Primera parte:
Una agenda súbita, el carácter de un político, nunca falta el chile picante y menos cuando hay buena suerte, el cuarto poder, tiempos de miedo y un santuario para inmigrantes.
Alguna noche cualquiera Aldo Siahaan descolgará el teléfono y pocas horas después estará realizando una llamada internacional hacia Indonesia, le constestará una mujer que no conoce y tendrá que informarle a aquella mujer sobre el fallecimiento de su hijo, que tampoco conoce Aldo, pero que por alguna razón al ser encontrado por las autoridades a las afueras de un Casino en Philadelphia, la única pista que pudieron seguir fue el número telefónico anotado en un pequeño pedazo de papel guardado en su billetera.
Esta mañana Aldo se habrá levantado temprano, tomado un té caliente con leche, comido algo picante, con galletitas navideñas, y revisado su plan. Habrá sonreído levemente mientras observa de nuevo las fotos de él y de su esposa Viviana Chandra junto a su pequeño hijo Edén, que están a la vista de todos, pegadas en la nevera.
Es muy probable que tenga alguna cita en Philly que puede vacilar entre una humilde persona de la iglesia hasta un funcionario público. Pero la verdad es que ni Aldo ni nadie sabe a ciencia cierta cómo llegará a fin su propio día, si terminará cenando en su casa, o atendiendo alguna necesidad en cualquier recóndita esquina de la ciudad o llamando a una desconocida hasta el otro extremo del mapa para darle la triste noticia de que su hijo ha muerto.
EQUIPAJE DIARIO
Aldo es una persona resuelta, posee, a pesar de ser pastor, un aire más cercano al de un político que al de un filósofo, pero no en el sentido de que aspire a algún cargo público, sino en la dirección de ser un hombre de acciones tomar. Así ha sido su vida.
Es un buen manager de su propio tiempo, siempre se las ingenia para estar en donde quiera que su ayuda realmente ayude, y no obstante, agendar una cita con él para una entrevista se puede convertir, igual que con cualquier persona importante, en un verdadero laberinto de aplazamientos y tiempo apretado.
Pero también se puede tener un poco de buena suerte y repentinamente encontrárselo uno camino a comer pollo, dispuesto a esperar un par de minutos mientras uno tiene la chance de ir de vuelta a la oficina por lo necesario. Entonces ahí lo tendrás, a Aldo conduciendo su van, llegando al restaurante y pidiendo un favor único: ¿Me ayudas llevando la botella de chile rojo que está en la guantera?
PHILADELPHIA PRAISE CENTER
La fonética de los idiomas indonesios es bastante similar a la del español, con contadas excepciones como el sonido de las letras “c” y “j”, pero lo paradójico es que el acento de su inglés es bastante diferente al acento de los hablantes del mundo hispano. Fue quizás debido a esa misma razón que en ese primer mes, tiempo cuando escuchaba por doquier a la gente hablar de la iglesia del pastor Aldo abreviando el nombre a las iniciales, me causara mucha gracia que tuviese las mismas iniciales que la famosa empresa bogotana BBC, que significa Bogotá Beer Company, pero lo cierto es que yo escuchaba mal, de pronto con intención, porque las verdaderas iniciales de la iglesia son PPC, que quieren decir Philadelphia Praise Center.
PPC ha sido una iglesia en cierto sentido fenómeno porque entre su familia de fieles usted puede encontrar latinos y gringos mezclados entre la gran cantidad de comunidad indonesa, que son la mayoría, pero que es toda una rareza en esta parte de los Estados Unidos, donde incluso en estos escenarios, o puede que sobre todo en estos escenarios, cada comunidad prefiere agruparse sóla con los suyos, como explica el dicho colombiano: los suyos con las suyas, con el propósito de evitar la fatiga -explicaría Jaimito el cartero-.
Pero PPC, así como otros contados ejemplos, algunos también parte de la conferencia, es un lugar donde el intercambio cultural es valorado como una oportunidad retadora para su fe y crecimiento y no como algo meramente circunstancial y decorativo, así explica Aldo Siahaan. Tanto así que esta comunidad sirvió en su momento como una cuna para una creciente comunidad latina que más adelante se convertiría en la iglesia Centro de Alabanza, iglesia que ha sido referenciada anteriormente a través de este blog.
INTERCULTURALIDAD
Además, su líder Aldo Siahaan también hace parte del equipo intercultural de la conferencia menonita a la que pertenece su iglesia, y todo por una personal y profunda convicción de hacer conexiones donde sobre todo han abundado las desconexiones, y así es como usted comienza a no sorprenderse de verlo literalmente solo en una reunión de interreligiosidad, convocada por una organización dedicada a ese tipo de cosas, desplegando ideas y experiencia y con la esperanza de que algún día se ocupen las otras sillas.
Aldo Siahaan tiene un consejo útil para quienes también tengan que enfrentarse al desafío de construir en contextos interculturales: “Siempre es bueno preguntar”.
EL CUARTO PODER
Como cualquier personalidad importante Aldo no se salva de los escándalos. Un día fue el protagonista de uno, gracias en variadas medidas a su ferviente pasión y a un medio de prensa local. En el periódico se publicó una nota sobre una iglesia cristiana de comunidad indonesa que había empezado a prestar su edificio a otra comunidad, igualmente indonesa, pero no cristiana sino de fe islámica. Las críticas le llovieron, perdió más de un amigo e incluso lo llamaron para decirle clara y llanamente que “había espantado al Espíritu Santo”.
Al preguntarle sobre las razones que lo motivaron para arriesgarse con desafiante gesto de solidaridad, conjura una respuesta que a la vez, quizá sin consciente intención, se está quejando por lo evidente que es frente a la pregunta la respuesta: “lo necesitaban”.
Ésta no ha sido la única vez que se ha prestado para colaborar y trabajar con otros líderes religiosos y comunitarios, que no necesariamente suelen profesar las mismas creencias, cada vez que la necesidad compartida lo ha requerido y el impulso de solidaridad humana ha sido la única inspiración indiscutible.
A pesar de sus pasadas complicaciones provocadas por aquella publicación de la prensa, en otras ocasiones la luz pública ha sido ventajosa para su ministerio. No han sido muchas, aunque sí puntuales, las veces que la fotografía de Aldo ha estado publicada en una nota periodística virtual o impresa. En otra ocasión, el medio de prensa digital PBS, que cuenta con oficinas en Philadelphia y en Delaware, publicó un artículo sobre una plataforma de 11 congregaciones que se empezaban a hacer conocer como “new sanctuary movement”, una pequeña coalición de comunidades religiosas que empezarían a ser un hogar para inmigrantes próximos a ser deportados y que también aprovechaban la oportunidad del medio para elevar una voz de protesta.
En su momento el medio, publicado hace más de cinco años en el otoño del año 2014, escribió sobre Aldo Siahaan lo siguiente: “Es parte de por qué está dispuesto a enfrentarse a los agentes de inmigración de Estados Unidos, incluso ir a la cárcel, para proteger a los inmigrantes indocumentados de la ciudad (traducción del inglés)” y a continuación a publicado un fragmento de entrevista:
“Esto es como un círculo. Cuando damos esperanza a alguien, un día tú también necesitas esperanza. Cuando extendemos nuestra mano, un día también necesitamos ayuda de otras personas. Entonces esta es una historia sobre la familia. Tienes familia. Todos tienen familia ”, dijo Siahaan. “Y si no les importa, comience dentro de su familia, piense si eso le está sucediendo a su familia (traducción del inglés)”. Tomado de Pbslocal.com https://whyy.org/articles/philly-congregations-join-to-harbor-undocumented-immigrants/.
POLÍTICAS DE AVANZADA
En otra ocasión la emergencia agrupó a los líderes. Se corrían tiempos literalmente oscuros para los inmigrantes indocumentados entre los años 2007 Y 2009 debido a una política sucia elaborada y ejecutada por la oficina de deportación de los Estados Unidos. Una estrategia sencilla pero contundente: los oficiales harían el trabajo de identificar un pequeño grupo de indoneses indocumentados asegurándoles resolver su situación a cambio que, ellos a su vez, delataran a otros 10 inmigrantes indocumentados para deportarlos.
Como era lógico el miedo empezó su régimen, régimen donde cualquiera podía ser sospechoso de espionaje y de delator. Ninguna sonrisa y ninguna pregunta volvieron a ser inocentes. Algunas personas y familias dejaban de abrir las puertas de sus casas súbitamente y prontamente la noticia de su deportación era confirmada. Entonces estos líderes religiosos e inmigrantes tuvieron que dejar de un lado sus diferencias teológicas y presentarse unidos, como un solo grupo, a hablar con el director de la oficina desde donde se coordinaba la operación, logrando frenarla de esa forma. Después de eso las heridas quedaron, los rumores y las desconfianzas, pero han pasado los años y es algo que cada día está más en el pasado, explica Aldo Siahaan.
La continuación de esta crónica se publicará el siguiente lunes 30 de diciembre.
Autor: B. Javier Márquez.
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