Por Javier Márquez
Arrancamos un año nuevo tomados de la mano de Dios. No hace mucho estábamos celebrando el nacimiento de Jesús y después cerrando agradecidos el 2022. Ahora debemos ir acostumbrándonos a escribir en nuestros calendarios 2023 y no 2022, reanudar proyectos e iniciar con nuevas y renovadas expectativas.
Dios lo hizo todo perfecto, creó el mundo, el cuerpo humano y la vida a partir de ciclos. Y como también aclara la Biblia: tenemos tiempo para todo. Pasó ya el tiempo de la natividad y de los cierres, ahora entremos en el de los arranques. Por eso desde la Conferencia Mosaico les deseamos otra cosa mayor que es esperanza, positivismo, expectativas y fe en Dios para este nuevo año.
Este nuevo año esperamos que tengan momentos de fraternidad con sus comunidades y puedan reencontrarse con los hermanos y hermanas de sus iglesias.
Crear y planificar es un don del cielo, por eso esperamos que en sus comunidades tengan espacios de proyección y que cada hermano y hermana esté vinculado en ese proceso en el que soñamos y pedimos al Espíritu de Dios la guía.
Que el 2023 sea un año de crecimiento y de amor. Que no pierdan la guía del Espíritu en ninguna de sus acciones y que crean que todos los desafíos pueden ser posibles.
Este es el primer año después de la última Asamblea, es por lo tanto un año de transición desde la Conferencia. Pero cada vez sigue fortaleciéndose el enfoque intercultural y misional. Las iglesias hispanas son vitales e importantes en el corazón de toda la Conferencia.
Estaremos comunicándonos con ustedes porque nos interesa saber de sus proyectos en las iglesias, de sus sueños y desafíos. ¿Qué será de este año 2023 con cada uno de ustedes? Los sueños de cada iglesia es un sueño que comparte con oración la Conferencia.
Bienvenidos al año 2023.
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