“Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?”
MARCOS 4:41, RVR
Los discípulos acababan de pasar por una tormenta aterradora mientras cruzaban el mar de Galilea. Jesús les había ordenado que cruzaran al otro lado. Cuando comenzaron su viaje, Jesús se durmió.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! (Mateo 8:25, RVR)
Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: “¡Silencio! ¡A callar!” Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma. (Marcos 4:39, RVC).
Y esos hombres se quedaron asombrados, y decían: “¿Qué clase de hombre es éste, que hasta el viento y las aguas lo obedecen?” (Mateo 8:27, RVC)
El pueblo judío de la época de Jesús estaba esperando un mesías; pero el Mesías que estaban esperando era un líder militar, no necesariamente una figura divina. En su historia, habían experimentado un tiempo de libertad después de la revuelta macabea y recientemente habían sido puestos bajo el dominio y la ocupación romana.
Cuando los discípulos hacen esta pregunta: “¿Quién es entonces este?”, lo hacen en el contexto de la obediencia de la creación. Cuando Jesús resucitó a los muertos, sanó a los enfermos o incluso alimentó a 5000, los discípulos nunca reaccionaron de esta manera. ¿Por qué? Otros profetas habían resucitado a los muertos, sanado a los enfermos, alimentado milagrosamente a la gente, pero ¿alguien más que Dios, alguna vez había calmado una tormenta?
En los Salmos leemos que Dios: “… calma los mares embravecidos y sus olas rugientes”, “… gobierna la furia del mar; cuando sus olas suben, las quieta” y “… hizo que la tormenta se quedara quieta, y las olas del mar se silenciaron”. (Salmos 65:7, 89:9, 107:29). Los discípulos comienzan a darse cuenta de que Jesús había hecho algo que en toda la Escritura se atribuye sólo a Dios. La pregunta, “… ¿quién es entonces este…?” parecía apropiado.
El Equipo de Oración Virtual de la Conferencia Mosaic ha estado manteniendo tres preguntas ante nosotros, gracias al Ministro de Liderazgo Jeff Wright:
- ¿Quién es Jesús?
- ¿Qué quiere Jesús que hagamos?
- ¿Cómo quiere Jesús que lo hagamos?
Estas preguntas requieren un desarrollo, una conversación continua y un discernimiento en un momento de cambios culturales y sociales. Sin embargo, ¿hay más que saber acerca de quién es Jesús?
Judas 1:5 (RVC) dice: “Aunque ustedes ya lo saben, quiero recordarles que cuando el Señor salvó al pueblo y lo sacó de Egipto, destruyó a los que no creyeron.”
La escritura afirma que El Señor (Jesús) salvó a un pueblo de la tierra de Egipto. Espera un minuto, ¿no fue ese Dios quien hizo eso? ¿Qué hace Jesús allí? ¿No es Dios quien calma las tormentas en los Salmos? ¿Qué está haciendo Jesús en Galilea?
Después de su resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos y dice: “Lo que ha pasado conmigo es lo mismo que les anuncié cuando aún estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.” (Lucas 24:44). Nótese aquí que él incluye los Salmos en lo que fue escrito acerca de él.
¿Hay algún sentido en el que debamos seguir indagando para conocer al Jesús del que hablan tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento? Pues… ¿quién es entonces este?
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