Con este bello titular la Iglesia evangélica Menonita Shalom publicó en Facebook recientemente la fiesta que celebraron en una playa de Tampa, Florida, durante el acto de bautismo de seguidores de Jesús miembros de la iglesia.
Toda la iglesia acudió a la fiesta. Las familias vestidas adecuadamente para una tarde playera con sus hijos e hijas, algunos invitados, la familia pastoral y, obviamente, en el centro de la escena las personas que serían bautizadas. No digo que los nuevos miembros de la iglesia porque a estas personas ya se les trataba de hace tiempo como parte de la familia.
Secundino Casas, pastor de la iglesia, informó que previamente al bautismo las personas deben pasar por un periodo de acompañamiento de aproximadamente medio año donde además se les comparte estudios bíblicos a fin de que los interesados comprendan mejor en qué consiste el la ceremonia del bautismo y ser parte de una comunidad de fe anabautista.
Pero el discipulado no termina ahí “El discipulado es para toda la vida, y nosotros seguimos acompañándoles y enseñándoles durante otros meses después del bautismo.” Explica el pastor Secundino Casas.
En la fiesta no solo bajaron a las aguas los que se iban a bautizar, sino que también se oró en comunidad y se compartió una deliciosa cena ofrecida por la iglesia, todo bajo la sombra de un tejado para evitar la insolación de las cálidas playas de la Florida.
En la Conferencia Menonita Mosaico felicitamos el trabajo de la Iglesia Evangélica Menonita Shalom y nos unimos en su celebración.
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:19-20
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