ENTREVISTA CON CÉSAR GARCÍA
KAIRÓS Y CRONOS
La política de Jesús fue la encarnación. Su modelo relacional fue tangible en cada una de las interacciones con personas y ambiente socio cultural de su tiempo. Lecturas espitualizantes, que no espirituales, de una categoría reiteradamente usada por Jesús, la de Reino de Dios, han despojado de su radicalidad la enseñanza de él acerca de la ciudadanía que encomendó vivir a sus discípulos, hombres y mujeres, en la sociedad caracterizada por determinados valores. Lo anterior, y temas relacionados, son abordados por César García, secretario general del la Conferencia Mundial Menonita, en el recién publicado What is God´s Kingdom and what does citizenship looks like? (Herald Press, Harrisonburg, Virginia). El volumen forma parte de la serie El camino de Jesús, pequeños libros de una fe radical. Yo redacté las preguntas, las “respuestas” de César son líneas textuales tomadas de la obra, cuya lectura recomiendo ampliamente.
¿César, por qué es importante comprender el significado original de una expresión muy usada por Jesús, la de reino de Dios?
El “reino de Dios”, o “reino de los cielos”, es el tema central de la predicación de Jesús. Se menciona alrededor de 140 veces. Reino es una palabra política que tiene que ver con un estilo de gobierno particular. Habla de una monarquía, una comunidad gobernada por un rey y una estructura de leyes que median las interacciones políticas de la comunidad. De ello se desprende que “reino” es una forma concreta de organización de una sociedad, es decir, es un sistema político. Siguiendo estos pensamientos, podemos definir el reino de Dios como un orden alternativo a las organizaciones sociales humanas. En palabras del teólogo menonita John Driver, el Reino de Dios “tiene que ver con las formas concretas que toma la vida entre su pueblo. Es en las relaciones entre el pueblo de Dios donde se manifiesta su gobierno”.
¿Cómo se forma parte del Reino de Dios y qué implica ser integrante del mismo?
Según Jesús, las personas que se arrepienten y eligen recibir el reino de Dios viven una vida de generosidad y sencillez. Eligen el servicio sobre la dominación, la interdependencia sobre el individualismo y un estilo de vida sencillo contrario a la acumulación. Estas son opciones políticas, no en el sentido de la política de partidos, sino en cómo afectan el poder, la economía y las estructuras sociales. El reino de Dios es una posibilidad tangible para aquellos que cambian su forma de pensar y vivir (es decir, se arrepienten) y aceptan a Jesús como soberano. El reino de Jesús no es una experiencia religiosa etérea o privada. Es una decisión voluntaria que convierte a los seguidores de Jesús en ciudadanos de un dominio específico, un reinado a menudo más visible en los márgenes de la sociedad. Hablar de Jesús es hablar de política.
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